"Estaba destinado a la sensibilidad. Estaba destinado a convertirme en un escritor. Estaba destinado a ser Gep Gambardella". Gep Gambardella es un escritor que al llegar a su 65 cumpleaños se descubre vestido en una vida carente de sentimiento, alma, solidez y todo aquello a lo que renunció por la fauna de las madrugadas de Roma. Siendo el tío que le da nombre a mi cuenta de Blogger, probablemente Gep es uno de los personajes más profundos y carismáticos con los que me he topado en mi humilde hemeroteca cinematográfica. Irreverente, ingenioso, poeta y vividor, y profundamente imperfecto como cualquier ser humano, te hace engancharte a la pantalla todo el largomentraje.
"El descubrimiento más consistente que he hecho tras cumplir 65 años es que no puedo perder el tiempo haciendo cosas que no quiero hacer". La procrastinación es uno de los temas que más flotan en la superficie de la película. Gep, queriendo convertirse en el rey de la noche romana, dejó de lado su verdadero talento y es ya envejecido cuando se da cuenta de que su única novela no ha sido todo lo que podría haber contado. La película defiende que exprimamos al máximo nuestro talento propio, que no por acrobacias intelectuales, sino como herramienta para aflorar las pasiones humanas. Por otro lado deja clara una cosa: el 'Carpe Diem' es imposible. Nuestro viaje terrenal se compone siempre de intermitentes y fugaces luces de felicidad, sucumbidas ante la masa persistente del sufrimiento, y todo a su vez envuelto por el manto de la mundanidad y el 'bla, bla, bla'.
"Flaubert siempre quiso escribir una novela sobre la nada". La nada. Así es como el director denomina al gremio de artistas posmodernos e intelectualoides que se han asentado en la sociedad italiana más selecta. La película no solo va de sentimientos, no. La crítica a la sociedad actual italiana es una de las claves de la trama, especialmente a este sector que, desde una torre de marfil, viven enajenados por obras absurdas, la drogadicción, la lujuria y el bótox, todo al ritmo de Raffaella Carrá.
La Iglesia Católica. Quizás de forma más sutil, que no por ello menos feroz, la crítica a la Santísima Iglesia nos la muestra como un grupo endogámico, amoral y con un estatus lujoso contrario a la palabra de pobreza enseñada por la Biblia. Además, la mercadotecnia que construyen sobre sus figuras más sufridoras deja entrever una cara oculta de este grupo.
La película entra por los ojos. Los planos no persiguen únicamente una finalidad utilitarista, sino también estética. La Gran Belleza no es solo la búsqueda de Gambardella. Las transiciones temporales, el enorme trabajo de iluminación detrás de cada escena y el juego de planos nos obliga a ver la película BIEN. Es decir, recomiendo a ser posible que si a alguien le entra la venada de ver el largometraje, que la busque en calidad Blu Ray, o en su defecto DVD en HD, pero el screener o la baja calidad nos harán perder aspectos que estropearían sin duda la experiencia.
P.D.: Si todavía no te has convencido para verla, aunque no soy muy amigo de este tipo de premios, la película ha recibido un reconocimiento internacional muy importante: Oscar a la mejor película de habla no inglesa, Globo de Oro y BAFTA a la misma categoría, 4 premios Cine Independiente Europeo, y muchísimos otros, así que al menos por postureo, no estaría mal que la vieses.
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