domingo, 15 de febrero de 2015
TTIP (Tú deberías saber lo que es)
El Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (mundialmente conocido por su acrónimo inglés TTIP), es un tratado entre Estados Unidos y la Unión Europea que busca facilitar, incentivar y mejorar el comercio entre ambas economías a través del "potencial sin explotar de un auténtico mercado transatlántico que genere nuevas oportunidades económicas". Dicho de esa manera, la única pregunta que a uno se le ocurre es <<¿Dónde hay que firmar?>>, pero como suele ser frecuente en este tipo de tinglados, el gato resulta tener más de 3 patas.
Concretamente, este gato tiene 269 patas, que es el número de "partes interesadas" del sector privado que presionaron al Departamento de Comercio de la Unión Europea durante 2012 y 2013 para velar porque sus intereses se vean reflejados en el Tratado. De hecho, el 92% de las reuniones para la preparación del TTIP se hicieron a puerta cerrada con lobbys empresariales. Entre estos grupos podemos señalar a ACEA, grupo del sector automovilístico que representa a BMW, Wolkswagen, Ford, Renault -y un porrón más- y a CEFIC, lobby de la industria farmacéutica que aglomera a Bayer, BASF y otros. Este hecho fue denunciado por Corporate Europe Observatory.
¿Y qué será de nosotros si esto se pone en marcha? A nivel nacional, existen dos riesgos mayoritarios: el primero es la imposibilidad de aplicar políticas económicas no neoliberalistas, ya que en materia económica España sería tan dependiente de la UE que incluso con una mayoría social que lo apoye, el cambio sería imposible; el segundo riesgo es la privatización de la Justicia ya que las discrepancias sobre inversiones exteriores se someterán a procedimientos arbitrales privados. A nivel internacional hay un hecho que me ha llamado la atención. Es solo un ejemplo, pero pone los pelos de punta ver que ya el otro día un representante de la Comisión Europea tuvo que reconocer que con el TTIP se permitirá a EEUU vender más de 1.000 productos cosméticos prohibidos en la Unión Europea.
Por otro lado, la agroindustria ha sido probablemente una de las niñas mimadas del TTIP, ya que 113 de las 560 reuniones con la Dirección General de Comercio han sido protagonizadas por este sector. Es más, el 82% de los encuentros celebrados por la Dirección General de Agricultura han sido con lobbys agroindustriales. De esas reuniones se sacó una cosa en claro: los animales no les gustan. El Consejo Nacional de Productores de Cerdos de EEUU exige un ajuste a la baja de la normativa para el trato de animales "de la finca al plato" y también exige, recalco, EXIGE a la Unión Europea que autoricen la ractopamina -fármaco aditivo que promueve el crecimiento de los cerdos- que ha sido prohibido en 150 países, incluidos todos los de la UE por sus efectos nocivos en el propio animal y para la salud humana.
Como periodista que pretendo ser (o algo así), es mi obligación denunciar la falta de rigor con la que los grandes medios han pasado de largo este importante hecho, y si bien lo han mencionado, casi parecía de forma anecdótica. Pero no seré yo el malpensado, es bien conocida la pluralidad y la independencia de los medios con respecto a los grupos de poder, pero no son ellos quienes me importan. Nosotros, los ciudadanos europeos tenemos la necesidad, la obligación y la oportunidad de difundir toda la información posible que pueda concienciar a la opinión pública en respuesta a la mayor amenaza a nuestros derechos de este siglo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario