jueves, 19 de febrero de 2015

¿Qué haces, Carlos?

(Suena el teléfono. Descuelga. Al otro lado de la llamada, una voz robótica y gutural)

SECUESTRADOR: Tenemos a su hijo, señor Fonseca. No intente contactar con la policía. Tiene 48 horas para reunir 1 millón de euros en metálico. Tírelos en el cubo de basura de la Avenida de Atenas. A partir de las 12:00 del jueves le cortaremos un dedo por cada hora en la que no recibamos el dinero. Vamos en serio.

FONSECA: ¡Espere un segundo! ¿Ha dicho un millón?

SECUESTRADOR: Así es. No intente jugárnosla, conocemos su patrimonio.

FONSECA: No, ya. Si por mi patrimonio no es. Pero entienda usted que uno no puede estar pagando las deudas de todo el mundo.

SECUESTRADOR: Pero... Es su hijo, y-

FONSECA: ¡Si es que encima eso es lo peor! Con ese cafre perrofláutico el nivel de confianza es bajísimo. ¿Cómo se supone que me va a generar rédito un ejercicio económico de ese tipo si ni siquiera conozco los tipos de interés con los que está dispuesto a afrontar el pago de su deuda?

SECUESTRADOR: Bueno, déjeme hablar con él...

(Se hace el silencio. El señor Fonseca aprovecha el receso para ojear de nuevo la evolución de sus acciones.)

SECUESTRADOR: Ya estoy. Dice que se compromete a pagar un 20% de interés por la devolución del rescate, pero que por favor lo saque de aquí. Le aconsejo que le haga caso porque parece muy asusta-

FONSECA: ¡20 POR CIENTO! JAJAJAJA (Después de su alargada carcajada desacelera un suspiro y continúa) Tiene unos huevos como bombonas de butano el chaval, salió a su padre. Pero como ya le he dicho, ese pobre genera unos niveles de confianza estrepitosos. Dudo que tenga activos para hacer frente a semejante deuda, y su madre, la otra accionista mayoritaria de la casa, dice que "pues habérselo pensado dos veces antes de ser secuestrado por encima de sus posibilidades".

SECUESTRADOR: Deje ya este estúpido circo (Se escucha un ruido metálico) ¿Ha oído eso? ¡Es mi pistola cargándose mientras acaricia la frente de su puto hijito, así que van sacando el dinero HOY MISMO, O VAN A TENER QUE RECOGERLO POR PIEZAS.

(Durante unos segundos, solo hay silencio).

FONSECA: Me acaba de dar usted una idea.

SECUESTADOR: ¿Entonces, va a pagar?

FONSECA: Así es. Pero no pienso seguir discutiendo sobre cifras tan altas. Mi hijo tendrá que aplicarse una política de recortes.

SECUESTRADOR: No le entiendo...

FONSECA: ¿No ha dicho usted que iban a proceder a cortarle los dedos? ¿Qué le parece si le recortamos 3 o 4 dedos y me hace una rebaja de 125 mil alícuotamente por cada parte amputada?

SECUESTRADOR: No sé yo si un dedo cuesta tanto, la verdad...

FONSECA: No se hable más, recórtele una oreja, ni para mí ni para ti. Y con eso me una rebaja del 25% y todos felices, que ya llevamos 5 minutos con la llamadita y uno tiene sus quehaceres.

SECUESTRADOR: A mandar, caballero. (Se escuchan gemidos de dolor de fondo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario