Me he muerto de la vergüenza al descubrir que he tenido una lectura en toda la basura que he publicado en este dichoso blog. De verdad, había jurado que hace tiempo había activado un filtro privado para los post.
Reconozco que es un poco patético, pero por otro lado fue como una bendición del plácido penduleo del escroto del Santo Padre saber que a alguien le sigue interesando lo que diga, por muy absurdo e irrelevante que pueda ser en infinidad de veces. Dicho sea esto, deja de ojear por aquí. La verdad es que no sé quién eres, o si tan siquiera te conozco, pero estoy seguro de que tú tienes tu fuero interno en el que abstraes a doble voz y revives todo aquello que rompe tu monotonía y reflexionas sobre lo que fueron, son y podrían ser las cosas.
Esto es casi lo mismo, salvo porque va por código HTML y el menú de opciones no tiene ningún sentido. Lo uso para vomitar las flemas del pensamiento de un cuasiveinteañero rarito, llámalo rabieta en 400 caracteres. No es nada más que eso, y tu tiempo en este plano existencial puede dar mucho más de sí para que lo inviertas en leerme a mí. Te recomiendo personalmente que le eches un ojo a algún libro de Jack London, por ejemplo. ¡Jo! Qué tío era ese. Te encantará.
P.D: ¿Tienes idea de cómo hacer privado un blog? He estado mirando pero no me entero de nada.
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